El nuevo sistema recogerá datos como registros de beneficios sociales, subsidios para gastos escolares, resultados de pruebas académicas y físicas en las escuelas, lo que permitirá a los funcionarios brindar asistencia a los menores necesitados.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Japón posee una tasa de pobreza infantil relativamente alta entre las principales economías, con un 14 por ciento de los menores de 17 años que vive en hogares con ingresos inferiores a la media nacional.
La pandemia de Covid-19 empeoró la situación de los niños nipones, pues las dificultades económicas provocan poca o mala alimentación y abusos familiares graves, aseguran los expertos en bienestar.
El Gobierno busca introducir la base de datos en todo el país a partir del año fiscal 2023, como parte de la política del primer ministro Fumio Kishida para promover la transformación digital de la sociedad.
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