Esta preferencia representa, además de estar en la urbe central, el destaque aportado por la historia y las tradiciones, las piezas que atesora, y las propias edificaciones.
Una ciudad como La Habana, fundada el 16 de noviembre de 1519 (ahora con 502 años), tiene sobrados encantos que pueden repletar listas amplias de novedades, atractivos y miradas, pero los museos reflejan un conocimiento importante para los peregrinos, sobre todo europeos, interesados en la isla.
En el caso de esta ciudad pueden mencionarse, entre otros, a la Plaza de la Revolución y Monumento al Héroe Nacional José Martí (1853-1895), el Capitolio de La Habana, el Monumento a José Martí en el Parque Central, El Templete, y El Centro Gallego (hoy Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso).
También aparecen en la lista de destaque de los guías turísticos la Basílica y Plaza de San Francisco de Asía, Monumento al Maine, a José Miguel Gómez, a los ocho estudiantes de medicina fusilados por el colonialismo español y el Torreón de San Lázaro.
Para ejemplificar, es oportuno mencionar a la Plaza de la Revolución y Monumento a José Martí, apóstol de la independencia de este país del dominio español. Este es el lugar más emblemático de Cuba, tanto por su significado actual vinculado con la Revolución de 1959, como por sus orígenes.
La Plaza es sitio de singular valor histórico por ser escenario de muchos de los principales actos políticos de la nación. Este escenario fue terminado el 16 de julio de 1961 y en su momento se llamó Plaza Cívica.
Con una altura de 112 metros (75 hasta la torre de remate), el monumento constituye el punto más alto de La Habana, entre otros muchos valores.
Por su parte, y definido como una edificación típica del turismo cubano, El Capitolio de La Habana constituye especie de mito, cuando viajeros de todo el mundo buscan tomarse una foto frente a su escalinata.
Actual sede del Parlamento cubano, el inmueble ocupa una superficie de 388 mil 700 metros cuadrados entre las calles Paseo del Prado, Dragones, Industria y San José, y fue inaugurado el 20 de mayo de 1929.
Significativo es también el Monumento a José Martí en el Parque Central, develado el 24 de febrero de 1905 y levantado en uno de los pasos más cosmopolita de toda La Habana.
Y sin lugar a dudas, es obligatoria visitar El Templete, sitio primigenio de la fundación de La Habana en el siglo XVI. Se trata de un pequeño templo grecorromano erigido en 1828 y que marca dicho acontecimiento.
Por demás, uno de los paseos más interesantes de La Habana Vieja, está en su plaza de San Francisco de Asís, y la Basílica de idéntico nombre en ese mismo escenario, muy cerca del puerto.
La Plaza de su entorno fue construida entre 1574 y 1591. Sus adoquines, la fuente a cuyo alrededor se encuentran cafetines de paso, fueron eje del asentamiento humano de aquel tiempo.
De igual destaque son el Monumento al Mayor General José Miguel Gómez, un bello conjunto escultórico de 1936, en la Avenida de los Presidentes, el Monumento a los ocho estudiantes de medicina fusilados en 1871 por la colonia española (en la zona de La Punta) y el Torreón de San Lázaro.
Ese Torreón, también conocido como de La Caleta, fue levantado en 1665 como parte del sistema defensivo de La Habana.
Tales lugares atrapan la atención tanto de los turistas nacionales como extranjeros, de quienes conocen la historia de este país como de quienes llegan por primera vez en viaje de vacaciones.
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