El Gobierno debe adoptar medidas para la protección de los infantes, garantizar educación de calidad y fortalecer los servicios de atención primaria de salud, sugirió.
Una reciente encuesta del organismo de la ONU mostró un aumento de la hambruna, del trabajo infantil y de la falta de atención médica, destacó un reporte titulado, Sobrevivir sin lo básico de la vida: el empeoramiento de los efectos de la crisis libanesa en los niños.
Los datos indican un ostensible crecimiento del deterioro en las condiciones de vida durante los últimos seis meses, con más de la mitad de las familias que se saltaron al menos una comida en septiembre pasado contra 37 por ciento en abril.
Además, 30 de cada 100 de los consultados notificaron una reducción en el gasto en educación frente a 26 puntos porcentuales en abril.
Ante la inflación masiva, el aumento de la pobreza y la escasez de empleos, 40 por ciento los hogares vendieron electrodomésticos y muebles y siete de cada 10 cayeron en deudas impagadas para obtener alimentos.
El informe da cuenta que 34 por ciento careció de atención médica de primera necesidad, mientras los precios de los medicamentos trepaban en niveles insostenibles para la mayoría, a causa de la eliminación de los subsidios por el Gobierno.
Para empeorar las cosas, la crisis del servicio de agua representa una amenaza importante con más de 45 por ciento de los hogares sin poseer el suficiente vital líquido durante varios días.
Estimaciones recientes indican que ocho de cada 10 residentes en Líbano viven bajo el umbral de la pobreza, situado en 3,64 dólares diarios, y 34 por ciento, en la escasez total.
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