El foro sesionó en esta capital del 9 al 24 de noviembre, con momentos relevantes como la celebración por los 75 años de creada la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y la ratificación en el cargo de directora general de la francesa Audrey Azoulay, quien ejercerá un segundo mandato de cuatro años.
En un comunicado, la Unesco resaltó la aprobación de la Declaración de París, un llamado global a invertir en el futuro de la educación, acuerdo adoptado en un encuentro que reunió a jefes de Estado y de Gobierno y a ministros de 40 países.
A propósito del sector, se abordó el impacto sobre la enseñanza de la pandemia de la Covid-19, la cual dejó fuera de las aulas a mil 600 millones de niños y adolescentes, con el riesgo de que una parte de ellos, residentes en países del Sur, jamás pueda retornar a las mismas.
La iniciativa propuesta por la Unesco y el gobierno de Francia contó con un rápido respaldo, por su convocatoria a la comunidad internacional a priorizar la recuperación en el ámbito de la educación.
Se trata de la inversión más poderosa para nuestro futuro común, si no lo hacemos ahora, el costo será mucho mayor para las generaciones venideras, advirtió Azoulay.
También en este campo, la organización multilateral presentó el Informe sobre los Futuros de la Educación, el resultado de dos años de trabajo de una comisión liderada por la presidenta etíope, Sahle-Work Zewde.
El reporte propone “un nuevo contrato social para la educación”, a partir de reformas en los planes de estudio y los métodos de enseñanza, de manera que se adapten a un panorama mundial marcado por la mundialización, el desafío del cambio climático y la revolución digital.
La 41 Conferencia General permitió además adoptar la primera recomendación mundial sobre la ética de la inteligencia artificial, texto que será presentado este jueves por Azoulay a la prensa.
Respecto al principio de la Ciencia Abierta, el foro de los 193 Estados miembros aprobó recomendaciones para implementarlo a escala global, con la mira en hacer la ciencia más accesible, eficiente, transparente y beneficiosa para todos.
El movimiento propuesto se basa en la cooperación internacional para que sean compartidos los productos científicos, los datos y la información, de manera que la humanidad cuente con una herramienta inclusiva para enfrentar sus desafíos.
mem/wmr
