Los hechos ocurrieron en un control de carretera en las inmediaciones de Fort-de-France y posteriormente se produjo la detención de al menos 10 personas.
“Se está haciendo todo lo posible para encontrar a los responsables”, anunció Darmanin.
Además, individuos en una motocicleta dispararon a cuatro periodistas franceses en una calle de esa ciudad, mientras filmaban y tomaban fotos de un control de carretera en llamas, hechos que fueron calificados como “totalmente inaceptables” por el portavoz del Ejecutivo, Gabriel Attal, quien abogó por una “absoluta firmeza ante estas situaciones”.
El prefecto de la isla, Stanislas Cazelles, impuso un toque de queda con el objetivo de «volver a una situación pacífica que permita el diálogo, el trabajo y el progreso».
Mientras, las autoridades iniciaron conversaciones con los sindicatos y los cargos electos para intentar desbloquear la situación a la que llevaron las protestas contra la vacunación obligatoria de sanitarios y bomberos.
Los dirigentes de las 17 organizaciones sindicales, el prefecto y el presidente del consejo ejecutivo de la Colectividad Territorial de Martinica, Serge Letchimy, participaron ayer en una reunión de conciliación, en la cual abordaron las principales reivindicaciones.
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