De acuerdo con el Servicio de Comunicaciones gubernamental, la Fuerza de Defensa Nacional tomó el control de las áreas montañosas estratégicas alrededor de la ciudad de Bati, en Amhara, poco después de entrar a Asagita, otra localidad de ese estado regional.
También dio cuenta de que las huestes “al mando del primer ministro Abiy Ahmed expulsaron las fuerzas invasoras de Burka”, ubicada en la región de Afar, “desde donde marcharon hacia Kombolcha”, todavía en poder del TPLF (siglas en inglés).
La víspera, el propio Ahmed anunció el triunfo en Asagita, en el que según comentó fue decisiva la valentía de los combatientes, y aseguró que “el grupo terrorista está saliendo progresivamente de las áreas ocupadas”.
Según comentó, el gobierno tiene ahora una “mejor posición para reclamar la victoria total pronto” y entregarle “una Etiopía libre y próspera a las venideras generaciones”.
El martes último, el Primer Ministro prometió liderar desde la primera línea la guerra y a partir de ese día creció la moral de los combatientes y el Frente de Tigray comenzó a sufrir grandes bajas, señalaron informes oficiales.
Estas informaciones corren aquí a la par de una declaración de la asesora especial de Naciones Unidas para la prevención del genocidio, Alice Wairimu Nderitu, quien calificó de irresponsables a los líderes etíopes por llamar a la guerra en el norte.
El comentario de Wairimu Nderitu es, supuestamente, una alusión a los llamamientos de Ahmed al pueblo etíope, para que se movilice y apoye a la Fuerza de Defensa Nacional, con el propósito de terminar el conflicto armado en el menor tiempo posible.
Otras informaciones refieren que el TPLF mantiene sus intenciones y posibilidades de avanzar hacia Addis Abeba, además de dominar la mayor parte de Tigray y un corredor de transporte que une la nación con Djibouti, entre otras zonas.
Desde noviembre de 2020 las fuerzas federales y el Frente sostienen un enfrentamiento cuyo saldo de muertos, desplazados y destrozos materiales crece a diario.
El Gobierno realizó esfuerzos para detener el enfrentamiento armado pero, según dispares acusaciones oficiales, la criminalidad de su adversario los malogró y en este momento no hay esperanzas de una solución sin el uso de las armas.
msm/raj