Acompañados de pancartas y banderas de color blanco, los manifestantes llegaron a las oficinas de la Organización de Naciones Unidas en esta capital para expresar solidaridad con el exvicemandatario, encarcelado desde octubre de 2017, tras ser vinculado con el caso de corrupción de la empresa brasileña Odebrecht.
Según alegaron, Glas, quien lleva recluido cuatro años y 55 días, fue procesado con un código penal derogado y en medio de numerosas irregularidades.
«No podemos ser indiferentes frente a semejante acto de crueldad por parte de las autoridades», señaló a Prensa Latina una de las personas que acudió al plantón.
En esa misma línea, César Hualpa aseguró que Glas está preso sin motivo y luego de tanta persecución no le han podido encontrar dinero mal habido.
Igualmente rechazó el fallo de un juez que negó la posibilidad de unificar las sentencias en su contra, lo cual fue solicitado por la defensa de Glas.
Además de ser condenado a seis años de prisión por asociación ilícita en el caso Odebrecht, Glas recibió una pena de ocho años por cohecho, durante el proceso conocido como Sobornos y pesa en su contra otra causa identificada como Singue.
Su defensa, así como juristas ajenos a los procesos en su contra y activistas por los derechos humanos dentro y fuera de Ecuador coinciden en que no existen pruebas para demostrar ninguno de los delitos por los cuales fue encausado.
Para muchos, es el símbolo más verídico de la persecución desatada en el gobierno pasado, liderado por Lenín Moreno, contra seguidores de las ideas de Rafael Correa, quien presidió el país en la llamada Década ganada (2007-2017).
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