De acuerdo con el informe castrense, los efectivos de esta nación africana desplegados para proteger las cosechas agrícolas en las inmediaciones del poblado de Al Fashaqa al Soghra, en la provincia suroriental de Qadarif, sufrieron un presunto ataque etíope que fue repelido «con muchas pérdidas humanas».
Aunque el reporte es impreciso en cuanto al número de bajas, algunos medios informativos locales aseguran que al menos 20 militares sudaneses perdieron la vida y unos 30 sufrieron heridas, sin referirse a los muertos y heridos de la parte etíope.
Al Fashaqa se encuentra en una zona disputada entre ambas naciones, donde se registran esporádicos choques entre militares sudaneses y etíopes, los cuales se intensificaron en los últimos meses.
A fines de 2020 se incrementaron los trabajos para la definitiva demarcación de la frontera común, tras aumentar los enfrentamientos por la presencia de agricultores etíopes en territorio de Sudán, tolerada por el expresidente de este país, Omar Hasán Al Bashir.
Las autoridades sudanesas surgidas del acuerdo tras el golpe de Estado que derrocó a Al Bashir en abril de 2019 reclamaron la salida de la zona de los agricultores del vecino país, lo que llevó a un incremento de la tensión fronteriza.
Por su parte el Gobierno etíope critica el comportamiento de Sudán en relación con la disputa fronteriza, que califica de provocador, y advirtió que un conflicto «solo causará daños colaterales colosales y pondrá en peligro el bienestar de ambos países».
Etiopía acusa a las autoridades sudanesas de quebrantar los acuerdos bilaterales, los cuales estipulan que ningún ciudadano de cualquiera de los dos estados puede ser desplazado de las granjas de esa región limítrofe lo que, según reafirma, debe mantenerse hasta que haya un convenio sobre el tema.
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