Esper dijo que los elementos en cuestión cubrían citas del magnate republicano, conversaciones que tuvo con el exmandatario (2017-2021) y sus opiniones relacionadas con algunos países, entre otros temas.
Sus disputas con el Departamento de Defensa (DOD) se produjeron durante la revisión previa a la publicación de sus memorias, un proceso típico por el que los exfuncionarios del Gobierno deben pasar para evitar que salgan a la luz secretos de Estado.
En octubre pasado, un miembro del DOD le comunicó al exjefe del Pentágono que debía modificar su texto, según explica la demanda, presentada la víspera.
«Durante casi seis meses, seguí pacientemente el proceso formal, solo para que mi manuscrito sin clasificar se redactara arbitrariamente sin que me dijeran claramente por qué”, expresó.
Estoy más que decepcionado –lamentó- de que la administración actual esté infringiendo “mis derechos constitucionales de la Primera Enmienda”.
Con fecha de publicación para mayo de 2022, “Un juramento sagrado: Memorias de un secretario de Defensa durante tiempos extraordinarios”, narra la tumultuosa segunda mitad de la administración Trump, refieren las reseñas.
El secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, indicó en un comunicado que son conscientes de las preocupaciones de Esper y como “este asunto se encuentra ahora en litigio, nos abstendremos de hacer más comentarios».
Los representantes legales del exsecretario de Defensa señalaron que las supresiones serían “una grave injusticia para momentos importantes de la historia que el pueblo estadounidense necesita conocer y entender».
Esta es la segunda vez que un ex alto funcionario de Trump tiene un enfrentamiento público con la agencia para la que trabajaba a causa de la censura.
Antes ocurrió cuando Trump aun estaba en la Casa Blanca y su exconsejero de Seguridad Nacional John Bolton escribió un libro muy crítico (La Habitación donde sucedió), publicado pese a los intentos por evitarlo.
El exocupante del Despacho Oval despidió a Esper mediante un tuit a principios de noviembre de 2020, días después de perder las elecciones presidenciales.
Las diferencias entre ambos se profundizaron por los planes del exgobernante de retirar todas las tropas estadounidenses de Afganistán y luego cuando se opuso al uso de efectivos para aplastar las protestas desencadenadas en el país tras el asesinato a manos de un policía blanco del afroamericano George Floyd.
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