Bajo estrictas medidas de seguridad, el mandatario visitó anoche el lugar por el inicio de la festividad judía de la Janucá.
Las fuerzas israelíes cerraron las puertas del templo, que los musulmanes llaman Mezquita de Ibrahim, e impidieron la entrada a los palestinos reunidos allí y los agredieron, lo cual provocó enfrentamientos, precisó la agencia oficial de noticias Wafa. Ambas religiones consideran sagrado el lugar, donde la tradición sitúa la tumba del patriarca bíblico Abraham.
El primer ministro palestino, Muhammad Shtayyeh, rechazó las afirmaciones de Herzog sobre el supuesto derecho histórico de los judíos sobre Hebrón.
Esos falsos comentarios solo buscan justificar la judaización de la ciudad y extender el control de Tel Aviv sobre ella, afirmó en un comunicado.
Por su parte, el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) condenó la visita al considerarla una provocación.
“La ocupación (Israel) es totalmente responsable de las repercusiones de este ataque”, advirtió Hamas.
Las ONG israelíes Paz Ahora, Rompiendo el Silencio y Madres contra la Violencia también criticaron el viaje del gobernante porque “legitima el régimen de apartheid y la violencia continua de los colonos bajo la cual viven los residentes palestinos de la ciudad”.
Es inconcebible que el presidente, que debería ser una figura unificadora, elija entre todos los lugares para encender una vela el sitio que se convirtió en el bastión del kahanismo y en un símbolo de opresión y violencia, afirmó Paz Ahora en alusión a la corriente de pensamiento que sigue a las ideas radicales y extremistas del rabino Meir Kahane.
En similar sentido se pronunciaron los legisladores israelíes Mossi Raz, Gaby Lasky y Michal Rozin, miembros del partido de izquierda Meretz, quienes criticaron a Herzog.
Unos mil israelíes viven en la colonia de Hebrón entre más de 200 mil palestinos, lo que ha generado durante décadas diversos momentos de tensión y enfrentamientos.
jf/rob