El ministro de Ultramar de Francia, Sébastien Lecornu, realizó una visita la víspera al archipiélago caribeño, donde adelantó el refuerzo de uniformados para el desbloqueo de vías, pidió “conciencia colectiva” y denunció que los policías son blanco de disparos.
La estancia del funcionario no dejó los resultados esperados, ya que autoridades locales descartaron reunirse con él y el encuentro con representantes de sindicatos fue breve.
Desde hace días Guadalupe vive un tenso escenario de manifestaciones, enfrentamientos, saqueos, barricadas y paro, con más de un centenar de arrestos, atribuido en principio al rechazo a la indicación de París de la obligatoriedad de la vacunación contra la Covid-19 para el personal de salud y los bomberos.
Sin embargo, organizadores de las protestas otorgan a las mismas un trasfondo social, relacionado con décadas de abandono y de políticas responsables de las penurias.
En declaraciones al diario francés Libération, el dirigente social guadalupeño Elie Domota pidió a Lecornu y al gobierno galo atender problemas de vieja data, entre los que mencionó que el 65 por ciento de los menores de 25 años está desempleado y una gran parte de la población vive por debajo del umbral de la pobreza.
A su juicio el Estado no ha entendido señales previas de las crisis, a lo cual atribuyó la ira de sectores del archipiélago y la irrupción de la violencia.
De acuerdo con Lecornu, las manifestaciones continuarán, y afirmó que una cosa es segura: “estamos movilizados como nunca antes”.
Ante el complejo escenario, el presidente Emmanuel Macron pidió la semana pasada tranquilidad y el fin de la violencia en el territorio de ultramar.
El mandatario llamó a no politizar la situación y a resolverla mediante la explicación y el convencimiento.
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