Temprano este martes, el jefe de gobierno etíope Abiy Ahmed exhortó al Frente y las organizaciones aliadas a deponer las armas de manera pacífica e inmediata, y aseguró que la victoria gubernamental “es cuestión de poco tiempo”.
Ese llamado es para evitar que mueran o resulten heridos muchos jóvenes empujados al campo de batalla por el grupo, declaró la secretaria de Prensa de la Oficina, Billene Seyoum.
También es una extensión de incitaciones similares realizadas por el Gobierno durante el conflicto, comentó, y acotó que “esta vez es realizada después de los últimos avances del ejército federal”.
Durante los últimos días, dijo, las fuerzas federales obligaron al TPLF (siglas en inglés) a desocupar algunas de las varias áreas claves que invadió.
Particularmente importante resultaron las victorias en Kasagita, Chifra y Burka, y el avance en Mille, en la región de Afar, explicó la portavoz en una conferencia de prensa.
Según manifestó, la decisión de Ahmed de liderar la guerra desde el frente de combate “incrementó la moral de las tropas, alentó a muchos a luchar contra las fuerzas tigriñas y aumentó las esperanzas del pueblo de que la guerra concluya pronto”.
Asimismo, Seyoum señaló que “Etiopía está involucrada en un conflicto con la beligerante organización, pero es erróneo hablar de una guerra civil en todo el territorio”.
La situación en Addis Abeba y en otras partes de la nación es estable, acentuó, y calificó de irresponsables e inaceptables los reportes mediáticos que informan de supuestas tensiones e inseguridades en zonas donde no hay enfrentamientos armados.
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