Un nuevo informe de la entidad agregó que es momento de reformas consensuadas para afrontar las trampas estructurales de desarrollo que afectan a la región.
Tal resumen lo elaboró de conjunto el Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la CEPAL, el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y la Comisión Europea (CE).
Dicho documento se nombra Perspectivas Económicas de América Latina 2021: Avanzando juntos hacia una mejor recuperación.
La región es fuertemente afectada por la pandemia, mientras los adelantos socioeconómicos de la más reciente década corren el riesgo de ser revertidos por la crisis sanitaria, sentencia el texto.
Especifican que las estrategias de recuperación deben incluir reformas bien programadas que promuevan sistemas universales de protección social, aceleren la formalización de las economías, mejoren el progreso fiscal y profundicen la integración regional.
Según esta decimocuarta edición del informe, América Latina y el Caribe (ALC) exhibieron una desaceleración económica histórica en 2020. El producto interno bruto (PIB) de la región se contrajo en torno al siete por ciento.
A pesar de un aumento de alrededor del seis por ciento en 2021, no se espera que su PIB per cápita vuelva a los niveles anteriores a la crisis hasta 2023-24.
El impacto de la crisis es asimétrico, afectando especialmente a los grupos más vulnerables. Como resultado, los niveles de pobreza y pobreza extrema están en su punto más alto en los últimos 20 y 12 años, respectivamente.
En ese sentido, el informe reconoce los considerables esfuerzos realizados por los países del área para proteger durante la pandemia a los grupos más vulnerables, entre ellos mujeres, jóvenes y ancianos.
Pese a ello, advierte que cerca del 40 por ciento de los trabajadores no tenían protección social cuando comenzó la crisis.
Esto se debe en gran medida a que, en promedio, más del 50 por ciento de la mano de obra de la región laboran de manera informal.
Insisten en que avanzar hacia sistemas de protección social universales es fundamental para proteger a los más necesitados en el contexto post-pandémico.
Según el resumen, una recuperación sólida e inclusiva requiere una mayor integración productiva en sectores estratégicos, entre ellos el automotor, farmacéutico, energías renovables, economía circular y agricultura sostenible.
También exige una respuesta fiscal de conjunto, urgente, mayor progresividad del sistema tributario, cumplimiento de reglas, administración tributaria más eficiente y la eliminación de los gastos ineficientes.
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