La dependencia señaló que los empleadores crearon 210 mil nuevas plaza en términos desestacionalizados, muy por debajo del medio millón que se esperaba.
Sin embargo, las cifras se recogieron mucho antes de que surgiera la variante Ómicron del virus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, lo que puede ser indicador de la fragilidad de la economía mientras persiste la pandemia.
A pesar de que la cifra de crecimiento del empleo fue más débil de lo previsto -los economistas esperaban un segundo aumento consecutivo de más de 500 mil plazas-, la tasa de desempleo se redujo del 4,6 por ciento al 4,2 por ciento.
El informe mensual de la Oficina de Estadísticas Laborales tomó en cuenta dos encuestas distintas, una de estas sobre los hogares, y la otra sobre la contratación de los empresarios.
Mientras que los datos de los empresarios fueron más débiles de lo previsto, la encuesta de los hogares mostró que el número de estadounidenses con empleo fue al alza en más de 1,1 millones. Y la tasa de participación, que mide la proporción de estadounidenses que tienen trabajo o lo que buscan, subió 0,2 puntos porcentuales hasta el 61,8 por ciento.
Según los expertos la «tasa de abandonos» -una medida de los trabajadores que dejan sus puestos de trabajo como proporción del empleo total- estuvo en o cerca de máximos históricos, lo que sugiere que los trabajadores confían en poder transitar por el mercado laboral para encontrar algo mejor.
Por otra parte, destacó el informe, los compradores estadounidenses se enfrentan a la mayor inflación de los últimos 31 años y en octubre, los precios aumentaron un 6,2 por ciento respecto al año anterior.
En este aspecto destaca la crisis en los suministros a los mercados causadas por la acumulación de productos en los puertos que no llegan a sus destinos en época de muchas ventas en el país.
Fuentes oficiales informan en que Estados Unidos y Europa, donde están llegando los contenedores, la gran afluencia de barcos está desbordando los puertos.
Según Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, se espera que los problemas de la cadena de suministro persistan probablemente hasta bien entrado el próximo año.
Mientras los economistas están divididos en cuanto al impacto potencial de una oleada invernal del coronavirus. Algunos dicen que podría enfriar la economía, facilitando la inflación, ya que podría inhibir las actividades en persona. Otros dicen que una nueva oleada podría elevar aún más los precios al complicar la logística de las cadenas de suministro.
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