El pasado 1 de diciembre, el presidente ruso, Vladimir Putin, expresó la voluntad de Moscú de iniciar negociaciones sustantivas para lograr garantías jurídicas que eviten el movimiento de la infraestructura de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia el Oriente.
En un encuentro con nuevos embajadores extranjeros en Moscú, el jefe de Estado aseguró que el tema constituye prioridad para la diplomacia rusa y será abordado por la parte rusa en el diálogo con Estados Unidos y sus aliados.
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El mandatario significó que Moscú requiere garantías jurídicas, legales, “ya que sus colegas occidentales no cumplieron con sus respectivos compromisos verbales”.
Advirtió que son conocidas las garantías de palabra dadas por la OTAN, acerca de que no se expandiría hacia el oriente, sin embargo, la Alianza Atlántica hizo exactamente lo contrario. “En esencia, ignoraron las legítimas preocupaciones de Rusia en materia de seguridad y ahora las siguen ignorando”, enfatizó.
Un día después, en la reunión del Consejo de Ministros de Exteriores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), en Estocolmo, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, advirtió que la OTAN se niega a considerar las propuestas de Moscú para reducir tensiones y prevenir incidentes.
“Por el contrario, la infraestructura militar de la Alianza se está acercando de forma irresponsable a las fronteras rusas, y se han desplegado sistemas de defensa antimisiles en Rumanía y Polonia, que pueden utilizarse como sistemas de ataque”, señaló.
Según el jefe de la diplomacia rusa, los misiles estadounidenses de medio alcance están a punto de aparecer en Europa, indicó el sitio oficial del servicio diplomático ruso en Internet.
Advirtió que, en medio de tales peligros, Europa guarda silencio, mientras Ucrania se militariza, lo cual, opinó, alimenta el ánimo de Kiev para sabotear los acuerdos de Minsk y la ilusión de una solución armada al conflicto en el Donbass.
Consideró que la decisión de la cumbre de la OTAN en Bucarest, en abril de 2008, de convertir a Georgia y Ucrania en miembros de la Alianza constituye una bomba en la base misma de la estructura de seguridad europea.
Frente a tales amenazas, Lavrov llamó la atención sobre la declaración del Consejo Permanente de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), del pasado 30 de noviembre, sobre la protección de los países miembros del grupo (Armenia, Belarús, Kazajstán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán).
El documento del bloque exsoviético enfatizó la inadmisibilidad de actividad militar provocadora en los territorios adyacentes a la zona de responsabilidad de los Estados miembros de la Organización.
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