El representante de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en este país africano, Chansa Kapaya, aseveró que para socorrer a esas personas y migrantes de otras nacionalidades, se requiere una contribución de la comunidad internacional ascendente a unos 98 millones de dólares.
Los sueños y planes de los refugiados cameruneses fueron interrumpidos por la violencia reinante en las anglófonas regiones del Noroeste y Suroeste, desde donde emigraron a territorio nigeriano, expresó el funcionario.
El testimonio de recién llegados y los mecanismos de monitoreo de Acnur confirmaron que numerosos hijos de Yaundé en sus demarcaciones de origen sufrieron secuestros, desalojos forzosos, asesinatos y otras formas de violencia por parte de grupos armados.
En las regiones Noroeste y Suroeste de Camerún desde 2017 se desató un conflicto armado entre agrupaciones de irregulares y el Ejército a raíz de que esas regiones de habla inglesa alegan que son marginadas por la parte francófona, la cual aloja alrededor del 80 por ciento de la población del país.
Según la propia Acnur, en medio de la violencia y el impacto en la economía por causa de la Covid-19, más de ocho mil cameruneses cruzaron en los últimos 12 meses la frontera con Nigeria y se insertaron principalmente en los estados de Akwa Ibon, Anambra, Benue, Enugu, Cross River y Taraba.
mem/obf