Si analizamos los más recientes sondeos, alrededor del 75 por ciento de las intenciones de voto estarían al lado de políticos conservadores, de centro-derecha o de la extrema derecha, estos últimos apoyados por tres de cada 10 personas consultadas, un escenario que inquieta a no pocos y sigue un patrón presente en varios países europeos.
En la sociedad gala existe malestar en un sector de la población por el aumento del costo de la vida, las reformas con impacto en el bolsillo de jubilados y desempleados, el alza en los precios de la gasolina, la electricidad o el gas; el cierre de camas en hospitales y otras medidas con negativo impacto social adoptadas en los últimos 15 años.
Sin embargo, ningún partido o movimiento logra encausar las inquietudes de esos millones de franceses descontentos, en medio de un creciente abstencionismo –según las elecciones más recientes- y de la decepción por las promesas incumplidas.
Tal vez el jubilado Francois resuma la visión de una parte de los votantes, al considerar que aún no sabe si ejercerá su derecho en abril próximo, o por quién se decidiría en la cita en las urnas, “porque no tengo esperanza alguna de un cambio para bien”.
Un sondeo de Elabe divulgado la víspera, desarrollado para el semanario L’Express y el canal BFM TV, mostró con ventaja en la primera vuelta al presidente Macron, con un 23 por ciento de respaldo, perseguido por un 20 de la conservadora Valérie Pécresse, y por los exponentes de la extrema derecha Marine Le Pen (15) y Éric Zemmour (14).
El estudio de opinión realizado con casi mil 500 personas mayores de 18 años, de ellas mil 354 inscritas en el padrón electoral, situó al líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, como el mejor ubicado dentro de la izquierda, con un ocho por ciento. Entretanto, el candidato ecologista Yannick Jadot (siete) y la alcaldesa socialista Anne Hidalgo (tres) quedaron más rezagados.
Mélenchon, quien aspira al Elíseo por tercera vez, descalificó la encuesta de Elabe, en sintonía con su llamado a los franceses esperanzados en un cambio a no confiar en los sondeos y a trabajar para materializarlo.
La propia pesquisa reflejó por primera ocasión la derrota de Macron en el balotaje, en el cual se impondría la presidenta de la Región Parisina Pécresse 52-48, consagrada ganadora el sábado del congreso-primaria del partido Los Republicanos (LR), que definió su representante entre cinco políticos de la derecha tradicional, con el sorpresivo revés de Xavier Bertrand.
También un sondeo de IFOP-Fiducial para los medios Le Figaro y LCI recogió el lunes el repunte de la exministra Pécresse tras su victoria en el foro de los conservadores, pero expertos advierten que resta por ver si tal efecto será duradero, o es solo una reacción momentánea.
En esta encuesta de principios de semana, Macron sería el vencedor de la segunda vuelta de las presidenciales de abril del 2022, con un idéntico 52-48, pero a su favor frente a la política de 53 años.
Los estudios de opinión de meses previos coincidieron en la reedición del duelo del balotaje de 2017 entre Macron y la ultraderechista Le Pen, siempre con el triunfo del actual jefe de Estado.
Para los partidarios del gobernante, enfrentar a una figura de la extrema derecha constituiría el mejor escenario, confiados en que ocurriría nuevamente la organización de un “frente republicano” para frenar la llegada al poder de la ultraderecha.
Tampoco la pesquisa de IFOP-Fiducial mostró un buen resultado para el ala izquierda y progresista de la política francesa, con Mélenchon con un nueve por ciento de intención de voto, por delante del ecologista Jadot (seis) y de la socialista Hidalgo (cinco).
Desde la izquierda abundan los reclamos de una candidatura unificada, que matemáticamente dispararía la probabilidad de alcanzar la segunda vuelta, pero muy pocos analistas ven esto como un hecho real.
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