El fallo dejó fuera el análisis sobre si es legal o no la interrupción de embarazos y solamente determinaron que la batalla legal puede continuar en otras cortes federales con potestad para bloquear la medida, considerada una de las más restrictivas del país.
Ocho de los nueve magistrados de la máxima instancia judicial abogaron por permitir que el litigio prosiga en tribunales inferiores, sólo el conservador Clarence Thomas se posicionó en contra.
En el mes de septiembre entró en vigor la disposición texana, la cual proscribe el aborto desde las seis semanas de gestación, cuando muchas mujeres aún no saben que están embarazadas, y ni siquiera excluye los casos de incesto o violación.
Esa normativa está completamente en desacuerdo con el caso conocido como Roe vs. Wade, de 1973, el cual garantizó a las mujeres estadounideneses el derecho al aborto y prohibió a los estados impedir ese procedimiento antes de la viabilidad fetal, es decir, alrededor de las 23 o 24 semanas.
Otros estados, como Mississippi, también enfrentan en la Corte Suprema las limitaciones que los conservadores intentan imponer en ese territorio sobre el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, pero hasta ahora los jueces no se han pronunciado.
En la actualidad suman 12 estados con leyes que obstaculizan la realización de abortos y podrían entrar en vigor si el Supremo decide anular los resultados de Roe vs. Wade, según el Instituto Guttmacher, una institución de investigación a favor de ese derecho.
De ser así, estarían amenazadas las 65 millones de mujeres que viven en estados donde las restricciones entrarían en vigor, y ellas representan casi el 40 por ciento de los 165 millones de féminas en Estados Unidos.
Recientemente el diario The Hill informó que de los 17 estados en posición de prohibir o restringir severamente las interrupciones de embarazos, dos (Michigan y Wisconsin) tienen fiscales generales republicanos que señalaron aplicarían las prohibiciones.
Por lo pronto, el tema del aborto es un importante escalón en las disputas políticas en el país y pudiera influir en los planes republicanos de retomar la Casa Blanca y el control del Congreso.
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