A la vez, indica un comunicado de prensa de Unicef por su aniversario 75, busca mitigar los efectos de la Covid-19, catalogada como la peor crisis para la niñez y adolescencia en el mundo.
Educación con calidad e inclusiva desde la primera infancia, con acceso universal a internet y nuevas tecnologías, Expansión y fortalecimiento de las Políticas de Protección Social para erradicar la pobreza infantil y proteger a los más vulnerables, y Asegurar oportunidades a los adolescentes y jóvenes para que completen su educación y desarrollen competencias para la empleabilidad, son los tres primeros grandes retos.
El cuarto, según Unicef, las acciones de mitigación del cambio climático, que afecta desproporcionadamente a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, para quienes los impactos del medio ambiente actualmente representan amenazas a las décadas de progreso alcanzadas en la capacidad de sobrevivir, crecer y prosperar.
La representante de Unicef en este país, Patricia Portela, señaló que «sabemos que en Costa Rica, el Estado, las instituciones, las autoridades y la ciudanía han hecho grandes esfuerzos por evitar un impacto mayor de la Covid-19 en la infancia».
Sin embargo, apuntó, es una realidad que golpea y que deja grandes desafíos como son: la educación de calidad desde el inicio de la vida de niñas y niños, con acceso al mundo virtual y la alfabetización digital, la erradicación de la pobreza infantil.
También, indicó Portela, la necesidad de una formación educativa de manera que las personas adolescentes y jóvenes encuentren empleo y por supuesto, un entorno donde el clima no sea una amenaza para la vida ni ningún tipo de violencia.
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