Riad ejerció una influencia sin precedentes sobre Beirut para derrocar al expresentador de televisión después que consideró absurdo el conflicto en la nación árabe más pobre y defendió a los rebeldes hutíes.
En declaraciones a una televisora iraní, aseguró que no se retracta de sus comentarios, al decir que, en una situación diferente a la actual de casi colapso, el Gobierno y la nación hubieran rechazado las presiones externas.
El 5 de agosto pasado, Kordahi, sin aun formar parte del Ejecutivo, expuso que la contienda bélica en Yemen es una agresión saudita y de Emiratos Árabes Unidos y manifestó su oposición a los conflictos armados entre árabes.
Esos comentarios enfurecieron al reino del desierto que expulsó al embajador libanés y retiró el suyo de Beirut y, además, cortó todas las importaciones del país con costas al mar Mediterráneo oriental.
Acciones similares adoptaron Kuwait, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin.
Ese incidente, dijo la cadena televisiva Al Alam, arrojó luz sobre la política de poder de la región y los extremos a los que llega el reino árabe rico en petróleo si alguien osa condenar sus actividades.
En otra parte de sus declaraciones, el exministro consideró que Hizbulah cambió todos los conceptos en Líbano y lo enorgulleció con su resistencia ante el enemigo.
“Todos los libaneses deben aceptar y comprender esa cuestión y no sentirse avergonzados, pues jóvenes pertenecientes al Partido de Dios sacrificaron sus vidas y sangre para defender a Líbano; no por ser chiitas o de otros grupos confesionales, sino por todos los libaneses”, puntualizó.
Arabia Saudita, respaldada por Estados Unidos y sus aliados regionales, lanzó una guerra contra Yemen en marzo de 2015, con el objetivo de devolver al poder al gobierno del expresidente Abd Rabbuh Mansour Hadi y aplastar al popular movimiento de resistencia Ansarolá.
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