Esta decisión aparece tras el más reciente confinamiento por 20 días con el objetivo de frenar los contagios y recortar la presión hospitalaria.
Aunque el aislamiento general se había levantado este domingo, los comerciantes pudieron recibir durante esta jornada de nuevo a clientes y turistas que comienzan a planificar sus compras navideñas. Mientras tanto, las personas no vacunadas siguen sin permiso para salir de sus vivienda para las compras no esenciales ni para las actividades de ocio.
El gobierno austríaco tiene previsto aprobar en enero próximo la ley que regule a partir de febrero la vacuna obligatoria contra la enfermedad, con multas de hasta tres mil 600 euros en caso de incumplimiento.
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