Alemania estimó que respecto al nuevo canal energético todo se trata de un proceso legal y muy detallado, donde no hay espacio para decisiones políticas, por eso las divergencias con Ucrania no tienen nada que ver, precisó este martes la agencia de noticias DPA.
Según la fuente, una rápida puesta en explotación del Nord Stream II tampoco afectaría los precios del gas a corto plazo.
Alemania no puede exigir a sus proveedores más de lo estipulado por los contratos, pero, por supuesto, en la situación actual, nos gustaría más oferta en el mercado para aliviar la tensión, confirmó la oficina del Canciller federal.
El Nord Stream II es un gasoducto de dos ramales con mil 230 kilómetros, y una capacidad de 55 mil millones de metros cúbicos al año, el cual va desde la costa rusa hasta Alemania, pasando por el mar Báltico.
Iniciado en 2018, el proyecto se concibió para diversificar las rutas del suministro de gas y elevar la seguridad energética de Europa.
Estados Unidos se opone al nuevo gasoducto porque pretende venderle a Europa el gas natural licuado de sus yacimientos de esquisto.
Igualmente están en contra Ucrania y varios países europeos como Polonia, Letonia y Lituania.
Moscú en más de una ocasión llamó a no politizar el Nord Stream II, y agregó que es un proyecto comercial provechoso tanto para Rusia como la Unión Europea.
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