Abierta al público durante dos años, la muestra de 21 parejas de esculturas alude a conceptos como poder, maternidad, los animales y la cotidianidad, de la manera en que fueron tratados por creadores del antiguo Egipto y África subsahariana.
Los objetos están dispuestos de manera que parecen dialogar ambas culturas, con efigies de reyes, sacerdotes, hipopótamos, leones, así como cetros u otros objetos usados por los gobernantes de esos territorios.
Procedentes de la colección donada por Michael C. Rockefeller, las obras datan del siglo XVI hasta el siglo XX, y llevan la firma de artistas de las comunidades wolof, dogon, mali, akan o asanta (África del oeste) y owo, yoruba o ifé, asentadas en la desembocadura del río Níger.
Un comunicado de la institución destaca la influencia de las expresiones subsaharianas en el desarrollo del arte a través de la historia, lo cual puede apreciarse en la instalación de piezas junto a obras griegas o romanas, pinturas contemporáneas, entre varias.
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