Un grupo de investigadores del Instituto Politécnico y Universidad Estatal de Virginia, Estados Unidos; y de centros australianos hallaron cuatro ejemplares a 60 metros bajo tierra en un pozo de perforación para la exploración de minerales, y uno de ellos cuenta con mil 306 patas.
Midieron a los ejemplares de esa nueva especie y revelaron que tienen un cuerpo largo, parecido a un hilo, entre los que sobresale uno de 330 segmentos con 0,95 milímetros de ancho y 95,7 milímetros de largo. No tienen ojos, sus patas son cortas y la cabeza tiene forma de cono con antenas y un pico, precisó la publicación.
Luego de analizar las relaciones con otras especies, confirmaron un lejano parentesco con el anterior poseedor del mayor número de patas, la “Illacme plenipes” de California, Estados Unidos, con 300 pares de patas.
Según los autores, el gran número de segmentos y extremidades en ambas especies puede permitirles generar fuerzas de empuje para moverse a través de aberturas estrechas en los hábitats de suelo en los que viven.
Los hallazgos ponen de manifiesto la biodiversidad existente en la provincia australiana situada en el suroeste del país. Para minimizar el impacto de la minería en esta región sobre el “Eumillipes persephone”, aconsejaron desarrollar acciones para conservar su hábitat subterráneo.
Su nombre se deriva de la palabra griega eu- (verdadero), las palabras latinas mille (mil) y pes (pie), y hace referencia a la diosa griega del inframundo, Perséfone.
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