Esa conexión funciona como el efecto mariposa, precisó el coautor Hailong Wang, en referencia a la característica popular de la teoría del caos en la cual se cree que el batir de alas de tales animales influye en la formación de un tornado distante.
«Las condiciones climáticas en una parte del mundo pueden, con el tiempo, influir en los resultados climáticos desde miles de kilómetros de distancia», advirtió el miembro del Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico.
El calentamiento regional de la superficie terrestre y marina causado por la pérdida de hielo oceánico desencadena después, en el año, condiciones más cálidas y secas en Occidente, aseguró Wang en un comunicado.
Con los deshielos de julio a octubre, la luz solar calienta el área circundante, cada vez más sin esa capa, trae condiciones favorables al calor y al fuego a zonas distantes como California, Washington y Oregon en otoño y principios del invierno, señaló el texto.
Los implicados, quienes compararon las últimas cuatro décadas de niveles registrados de hielo marino, afirmaron que el vínculo descrito resulta igual de influyente a los patrones climáticos que propicia El Niño-Oscilación del Sur.
Los resultados de la investigación, presentados en una conferencia de prensa virtual de la Unión Geofísica Americana, incluyeron la cifra superior a tres millones de acres quemados solo en California durante la temporada de incendios forestales de 2021.
«Al descubrir el mecanismo detrás de esa relación, esperamos que los encargados de gestionar los bosques y prepararse para esos sucesos estén más informados», subrayó Yufei Zou, autor principal del estudio.
La capa de hielo marino al final del verano, según datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, disminuyó un 13 por ciento cada década contra el promedio de 1981-2010 y proyectan continuará a la baja.
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