Según la fuente, en un contexto marcado por tres períodos consecutivos con escasa ocurrencia de lluvias en el territorio nacional, la situación de crisis alimentaria se agravará aún más, con un estimado de 4,6 millones de personas necesitadas de asistencia para mayo de 2022.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios prevé que en todo el venidero año más de siete millones de civiles requieran de asistencia, lo que significa un aumento del 30 por ciento en relación con 2020, difundió el portal digital Africa News.
El propio Abdelomuya indicó que para paliar la actual crisis humanitaria, este estado necesita un aporte por Naciones Unidas ascendente a unos mil 500 millones de dólares.
Autoridades de Somalia, país que también sufre la violencia del grupo radical islamista Al-Shabab y afectaciones por la Covid-19, declararon en noviembre pasado el estado de emergencia nacional debido a la intensa sequía.
Entre los estados más afectados por la disminución del régimen de lluvias en los últimos tiempos figuran Jubalandia, Suroeste y Galmadug (regiones centrales) y partes de Puntlandia.
Somalia, donde más del 70 por ciento de la población vive por debajo del umbral de pobreza, tiene más de 2,9 millones de desplazados internos, como consecuencia de fenómenos naturales, choques entre grupos armados y el Ejército e intercomunitarios.
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