“Con Boric se abre el camino para que la relación entre nuestros dos países, tan conflictiva históricamente, sea diferente, alcance la integración con la participación de los pueblos y sea provechosa para el desarrollo de la mayoría de chilenos y peruanos”, dijo a Prensa Latina Otero, embajador en el país vecino entre 1985 y 1990.
“Si la esperanza venció al miedo, tal como proclama el presidente electo, ahora los pueblos de Chile y Perú deben vencer juntos al nacionalismo anacrónico y a la desconfianza para integrarse y progresar”, apuntó. Manifestó plena convicción de que el nuevo mandatario chileno dará pasos decisivos para que se restablezca los lazos que «nos unieron antaño, gracias a los cuales nos liberamos de la dominación europea y que ahora son otra vez imprescindibles».
Evocó así la alianza defensiva que ambos países conformaron junto a Bolivia y Ecuador contra el último intento español de recuperar los territorios que tuvo como colonias.
Dicha acción fue derrotada con el fracaso de un desembarco en Lima por el rechazo de la defensa costera a la escuadra enviada para el efecto por Madrid.
Otero agregó que con Boric renace la esperanza de la integración que soñaron antaño personalidades ilustres y destacó entre ellos al expresidente chileno Salvador Allende, al pionero del socialismo en Perú, José Carlos Mariátegui, y al socialdemócrata de esta nación Víctor Raúl Haya de la Torre.
Dijo también que, bajo su nuevo gobierno, Chile puede impulsar la respuesta más innovadora y moderna de Latinoamérica para superar la hegemonía de las potencias imperiales del mundo financiero y tecnológico y lograr una sociedad de bienestar.
El exembajador, hijo de madre chilena y de un luchador social peruano exiliado en la nación vecina, vivió en su infancia y juventud en ese país, donde además ejerció el Periodismo antes de establecerse aquí.
La elección de Boric motivó una cálida felicitación del presidente peruano, Pedro Castillo, y elogios de dirigentes políticos y sociales progresistas, mientras fue recibida con frialdad por grupos de derecha extrema que alentaban un triunfo de su símil José Antonio Kast.
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