El Ministerio de Relaciones Exteriores indicó en un comunicado que la denominada legislación de Prevención del Trabajo Forzoso Uigur denigra maliciosamente la situación de derechos humanos en dicha región sin tener cuenta los hechos ni la verdad.
Según enfatizó, la norma estadounidense viola el derecho internacional y las normas básicas de los nexos entre los distintos países del mundo, aparte de constituir un acto de injerencia.
La Cancillería consideró mentiras viciosas las acusaciones sobre el supuesto «trabajo forzoso» y el «genocidio» en Xinjiang, agregó que el desarrollo económico y la estabilidad social de esa zona son reconocidos por todo el mundo y sus grupos étnicos disfrutan de una vida feliz y satisfactoria.
“La parte estadounidense sigue utilizando los asuntos relacionados con Xinjiang para crear rumores y generar problemas. Esencialmente, está llevando a cabo una manipulación política y una coerción económica, y busca socavar la prosperidad y la estabilidad de Xinjiang y contener el desarrollo de China usando los derechos humanos como pretexto”, acotó.
El texto también denunció los problemas de trata de personas, trabajo forzoso y los crímenes de lesa humanidad contra la población nativa en suelo norteamericano.
Recalcó que las cuestiones relacionadas con Xinjiang no tienen que ver con derechos humanos en absoluto, y en esencia están dirigidas a luchar contra el terrorismo violento y el separatismo.
Finalmente, exhortó a Washington a corregir el error de inmediato y dejar de utilizar el tema “para difundir mentiras, interferir en los asuntos internos de China y contener su desarrollo. China aumentará la proporción de su respuesta a la luz del desarrollo de la situación».
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