Los NFT o archivos no fungibles sobresalen por su capacidad de garantizar la autenticidad y propiedad de las creaciones digitales.
Un punto de giro de esta tendencia en ascenso constituyó la creación de la primera galería física del mundo en dedicarse a la exposición de obras en NFT: la Superchief, ubicada en la ciudad estadounidense de Nueva York.
Dicha instalación arrancó sus acciones con la muestra Season One Starter Pack, compuesta por piezas de 300 especialistas.
Asimismo, impulsaron la fiebre NFT creadores como Mike Winkleman, alias Beeple, quien prestigia la lista de los tres artistas vivos más caros, tras David Hockney y Jeff Koons, pues su primera obra, Everydays: 5000 days, alcanzó los 69,3 millones de dólares.
Recientemente, el informe anual de la sociedad francesa Artprice señaló a Estados Unidos como líder del circuito de subastas y exposiciones de esta manifestación, seguido por plazas emblemáticas del criptoarte como Hong Kong.
El texto apunta, además, la prevalencia de la nación norteamericana sobre Reino Unido, en tanto resalta el protagonismo de los NFT, con 102 mil obras vendidas dentro del mercado mundial de arte.
Otros datos de interés del informe radican en la representación femenina (37 por ciento), así como el rol de los jóvenes artistas, que de los 150 existentes a inicios del año 2000, figuran actualmente 18 mil.
De igual forma, los creadores de países de América Latina se sumaron a esta boom digital, para ubicarse en la vanguardia a través de iniciativas provenientes de México, Argentina, Chile, Cuba, Perú y Bolivia, entre otros.
En ese sentido sobresale la casa de subastas más importante en México, Morton, que decidió lanzarse a este mundo, antes exclusivo para nerds y especuladores, en tanto un grupo de autodidactas fundó en esa nación la galería exclusivamente de arte NFT, Artcrypted.
Destaca también el primer museo digital sudamericano (MALa), que agrupa piezas de un centenar de artistas y cuenta entre sus impulsores con el argentino Juan Pablo Papaleo, así como el colectivo feminista cubano Clitplash, que apoya a creadoras digitales y rompe con los esquemas de género y raza, habituales en esta disciplina.
Desde la nación caribeña resalta la Fábrica de Arte Cubano (FAC) que diversificó las propuestas de ese laboratorio cultural, con la plataforma nft.FAC, dedicada a apoyar y difundir el criptoarte entre los exponentes de las diferentes disciplinas y propiciar foros de discusión, debates, subastas y exposiciones.
Esta convocatoria a modo de experimento, intenta guiar y facilitar el uso de esta revolucionaria vía en desarrollo, mientras la plataforma exhibirá archivos de arte cubano previamente hospedados y luego generados en NFT, reseña la página web de la iniciativa.
Hasta la fecha, el catálogo del proyecto integra los nombres de más de una veintena de cultores de la manifestación y propone un acercamiento a la obra del músico y líder de FAC, X Alfonso, mientras el portal web proporcionará una galería virtual con exposiciones transitorias.
Los archivos NFT pueden ser una pintura, meme, gif, clip de audio o animación, una pieza musical, una foto, un extracto de video, o un tuit.
Están asociados a un certificado de autenticidad, códigos de identificación y metadatos, considerados inviolables y que pueden comercializarse mediante el uso de criptomonedas.
Las estanterías plagadas de libros, pinturas, esculturas, botellas de vino, videojuegos, discos de vinilo u otros objetos, trascienden el espacio físico para entrar a vitrinas en línea, en las cuales empresas como la NBA explotan esta tendencia con clips de las mejores jugadas.
Disponible para cualquier usuario de Internet, existen plataformas especializadas para crear NFT como, CryptoPunks, Rarible u OpenSea, desde las cuales se pueden intercambiar por bitcoins u otras criptodivisas.
Cantantes como Ozuna y museos como el Hermitage de Rusia, también se apuntaron a la ola, calificada por los especialistas como los primeros pasos de un mercado que llegó para quedarse entre los coleccionistas.
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