En un acto en el capitalino Palacio Nacional de la Cultura, Cuevas recibió el máximo galardón por sus aportes a la narrativa, así como sus ensayos sobre filosofía, política y educación.
El Consejo Asesor para las Letras valoró, además, la trayectoria y legado del también poeta y pintor, quien reside permanentemente en Costa Rica desde 1983.
Cuevas es autor de obras de narrativa y cuento, junto a decenas de ensayos académicos, reconoció el jurado integrado por Gladys Tobar, Guísela López, Amílcar Zea, Víctor Muñoz y Luis Aceituno.
Al leer el acta oficial, Tobar resaltó que la obra de Cuevas es importante «por el alcance a nivel internacional, por su preocupación por el lenguaje y la prosa poética, lo que en su conjunto refleja las hablas centroamericanas y en su temática, la posguerra y las migraciones».
El escritor y artista sufrió el secuestro y desaparición de su hermano, Carlos Ernesto, en 1984, así como de otros miembros de su familia durante el conflicto armado interno en Guatemala, hechos que marcaron su enfoque temático-literario.
«Lo que quedó de ese tiempo apocalíptico fue una Guatemala desgarrada, cuyas consecuencias vemos hoy en día cuando miles de compatriotas tienen que partir fuera de nuestras fronteras para tratar de encontrar formas más dignas de vida; cuando nos asecha la violencia y el Estado se descompone por la corrupción del crimen organizado», declaró hoy.
El autor aseguró que reencontrarse con la Universidad de San Carlos por medio de la candidatura literaria es de gran significado y agradeció también al jurado del Ministerio de Cultura, a Costa Rica por recibirlo por décadas y a la Universidad de ese país por darle empleo.
Como parte del premio, recibió diploma, medalla de oro y un aporte económico, y se publicará una de sus obras en la Editorial Cultura.
Entre sus publicaciones sobresalen «Como el aire», novela ganadora del Premio UNA-Palabra 2019, de la Universidad Nacional de Costa Rica; «Al otro lado de la lluvia» y «Vibrante corazón arrebolado».
Aunque lleva cerca de 30 años fuera de su país natal, nunca ha dejado de sentirse guatemalteco porque le expulsaron entonces razones políticas como ahora razones económicas hace que miles se vayan… somos un país que expulsa gente, confesó al diario Prensa Libre a principios de diciembre de este año.
«Guatemala es un país hermoso y poderoso culturalmente y regreso siempre conmovido por su gran personalidad y contrastes», agregó.
En ese momento, dedicó este galardón «a los desaparecidos y a todas las víctimas de la guerra interna que seguimos viviendo en la impunidad».
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