De policías malos calificaron las autoridades iraníes las actuaciones de los representantes de la triada europea, aunque debieron aceptar propuestas de Teherán para mantener las negociaciones.
El llamado E3 mostró oposición a los borradores presentados por la república islámica que contemplan la abolición de medidas antiiraníes y un retorno a lo sellado en el pacto original.
Pero ahora sus delegados comprendieron que mejor es discutirlos en el reinicio de las conversaciones.
A juicio de Teherán, esas posturas dilataron una solución para el PIAC, en crisis desde la retirada ilegal de Estados Unidos en mayo de 2018 y por las sanciones dispuestas por Washington contra la nación de los persas.
Según trascendidos, el Gobierno francés es el más reacio a las posiciones iraníes y los analistas estiman que, al París negociar ventas de armas con estados de Asia occidental, intenta crear una situación artificial para lograr sus objetivos.
En cualquier caso, el Medio Oriente en pleno aplaudiría un acuerdo nuclear garante de seguridad y estabilidad que sería contraproducente para los intereses de Occidente.
Y lo opuesto deriva de las motivaciones de Francia y el Reino Unido, entre los mayores exportadores de equipos bélicos hacia la región.
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