Aunque está pendiente de confirmación oficial, fuentes cercanas al palacio de gobierno señalan que, como ocurrió en anteriores en situaciones similares, Castillo recibirá a Ávalos en la sede presidencial.
La fiscal fijó inicialmente el 14 de diciembre como fecha de la declaración, pero Castillo, por problemas de agenda, pidió postergarla hasta el 29 de diciembre y posteriormente la adelantó para mañana.
El mandatario será preguntado sobre las acusaciones de injerencia en el proceso de ascensos militares anuales, lanzadas en noviembre pasado por los exjefes del Ejército José Vizcarra, y la Fuerza Aérea, Jorge Chaparro, contra los entonces ministro de Defensa, Walter Ayala, y secretario de la Presidencia, Bruno Pacheco.
Vizcarra y Chaparro hicieron las imputaciones tras ser destituidos sin explicaciones, según afirman, después de negarse a aceptar las recomendaciones Ayala y Pacheco de ascender a varios coroneles al grado de general, y afirmar que estos alegaban hablar en nombre de Castillo.
El ministro de Justicia, Aníbal Torres, señaló entonces que el retiro de mandos militares era prerrogativa absoluta del mandatario en su calidad de jefe supremo de las Fuerzas Armadas y ejercerla no lo obliga a exponer motivos y así ha sido siempre.
A consecuencia de ellos, el Parlamento de mayoría opositora modificó la legislación para que en adelante el mandatario, si cesa algún alto jefe de las Fuerzas Armadas, indique la motivación, privando al presidente de una facultad discrecional.
Castillo niega interferencias en los ascensos militares y Ayala y Pacheco tuvieron que renunciar ante las acusaciones y son investigados por el Ministerio Público por tráfico de influencias.
El exsecretario enfrenta, además, una indagación por posible enriquecimiento ilícito porque en un registro a su oficina del palacio de gobierno, los fiscales encontraron 20 mil dólares en efectivo cuya posesión no pudo justificar.
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