Una apelación de la alianza Al-Fatah (Conquista) que alegaba fraude y manipulación de las boletas, no avanzó en el Tribunal Supremo que consideró sin valor esas denuncias. El jefe de Al-Fatah, Hadi Al-Amiri, declaró que acatará la decisión, pese a la profunda y firme convicción de que el proceso electoral estuvo amañado.
Al-Amiri expresó que ese compromiso se corresponde con el afán de acatar la Constitución y la ley y del temor a la inseguridad e inestabilidad política en Iraq.
“Surge de nuestra creencia en las vías democráticas para un intercambio pacífico de poder a través de las urnas”, subrayó.
La apelación presentada al Tribunal Supremo, dijo, si las hubiera recibido otra institución constitucional, habría sido suficiente para anular los resultados de las elecciones.
Muqtada al-Sadr, jefe del movimiento Sairoon que ganó los comicios con 79 escaños de 329 posibles, agradeció a todos los que contribuyeron a la democracia nacional para dar paso a la formación de un gobierno ni oriental ni occidental.
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