Estaba prevista que el testimonio lo recogiera la fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos, por el rango del interrogado, pero Gonzales la reemplazó por un súbito ingreso de la fiscal a una clínica, donde le diagnosticaron cálculos renales y un tratamiento y reposo por 72 horas, según un comunicado del Ministerio Público.
El fiscal llegó a la hora prevista al palacio de Gobierno, lugar escogido por el mandatario para hacer la declaración, pese a que, por ser testigo, podía negarse al interrogatorio.
El caso de la alegada intromisión de miembros del entorno presidencial en los ascensos militares se originó el mes pasado en acusaciones de presiones de quienes eran entonces ministro de Defensa, Walter Ayala; y secretario de la Presidencia, Bruno Pacheco, quienes lo negaron, pero tuvieron que renunciar al cargo.
Las acusaciones fueron lanzadas por el los exjefes del Ejército, general José Vizcarra, y de la Fuerza Aérea, Jorge Chaparro, tras ser retirados por el presidente Castillo, en uso de sus facultades de jefe supremo de las Fuerzas Armadas, sin que las propuestas de ascenso presentadas por ambos hubieran sido modificadas.
Las supuestas gestiones indebidas para el ascenso de varios coroneles al grado de general, en el proceso anual de ascensos, forman parte de los casos impulsados por la prensa afín a la oposición, que según esta involucran al mandatario.
Castillo se refirió tácitamente ayer al tema en un discurso público, al convocar a la unidad nacional para la reactivación económica y la lucha contra la Covid-19.
“No nos dejemos atrapar por la confrontación inútil, las acusaciones infundadas, ni por las rencillas destructivas. Seamos capaces de mirar a mediano y largo plazo para impulsar los cambios que los ciudadanos esperan desde hace muchísimo tiempo”, expresó.
El jefe de Estado dijo igualmente que “nunca debemos olvidar que es más lo que nos une que lo que nos divide; nos une una cultura, nos une una misma historia nos une el compromiso de crear un país más justo y equitativo desarrollado y sostenible”.
mgt/mrs