El jefe de los diputados y de Amal, Nabih Berri, prohibió a sus seguidores emitir declaración alguna sobre la insinuación de Aoun respecto a los culpables del boicot al Gobierno.
Según el presidente libanés, se debe poner fin a la obstrucción premeditada, sistemática e injustificada que conduce a desintegrar instituciones y disolver el Estado, en alusión a la paralización de las sesiones del gabinete desde octubre último.
“Es necesario que el Gobierno se reúna lo antes posible para abordar los problemas del país. ¿Bajo qué ley, lógica o Constitución se paraliza el Gabinete?”, preguntó Aoun.
En los círculos cercanos a Amal e Hizbulah se consideró no conveniente responder, porque el jefe de Estado ni nombró ni apuntó al dúo musulmán chiita, cuyos representantes declinan las convocatorias del Ejecutivo en demanda de la destitución del juez a cargo de la pesquisa por la explosión en el puerto en agosto de 2020.
“Aoun criticó bastante un sistema corrupto, en general”, destacó una fuente de ese grupo confesional citada sin identificar por el sitio Naharnet.
De acuerdo con ese testimonio, la estrategia de defensa y descentralización administrativa y financiera mencionadas por el presidente no molestan para nada a Amal e Hizbulah que serán los primeros en apoyar enmiendas sobre esos temas.
Aoun también se refirió al ala armada del Partido de Dios sobre lo cual dijo, “es cierto que defender el país requiere la cooperación entre el ejército, el pueblo y la resistencia”, pero “la principal responsabilidad pertenece al estado”.
“No quiero antagonizar con nadie, ni individuos ni grupos, ni socavar unidad de secta alguna, pero debemos ser francos: la dilación (de las sesiones gubernamentales) es letal y no aceptaré ser testigo de la caída del estado”, puntualizó.
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