Los observadores aquí coinciden en que el cese de los servicios de CMLink, la subsidiaria canadiense de China Mobile, podría traer de vuelta la incertidumbre y las tensiones vividas entre los dos países durante casi tres años, a raíz del arresto de la directora financiera de Huawei.
Algunos interpretan la medida como un acto de hostilidad y otros denuncian la existencia de un trasfondo político.
“Esta es una decisión irrazonable y otro ejemplo de la ofensiva del gobierno canadiense contra las empresas chinas, siguiendo los pasos de Estados Unidos y politizando los asuntos económicos”, acotó Bai Ming, directivo del Ministerio de Comercio.
CMLink es muy popular entre los ciudadanos del país asiático que viven en Canadá, pero dejará de brindar servicios el próximo 5 de enero, esta semana interrumpió la venta de líneas y reembolsará el saldo en las cuentas aún activas.
La nación norteamericana ordenó la suspensión citando preocupaciones por sus posibles ventajas por encima de las telefónicas domésticas, el uso de infraestructura comprometedora y de propiciar la interferencia extranjera en detrimento de la seguridad nacional.
El caso llegó a las cortes y China Mobile aseguró en una demanda que no existen evidencias de las acusaciones canadienses. Pero el proceso fue desestimado.
Hace unos días Beijing exhortó a Ottawa a colaborar para juntos retomar el desarrollo sano de los nexos bilaterales, abandonar su mal juicio y buscar un enfoque proactivo en los intercambios mutuos, al rechazar acusaciones del primer ministro Justin Trudeau sobre la naturaleza divisiva de la política exterior de China.
Trudeau pidió a las potencias de Occidente de conformar un frente unido contra el gigante asiático, para evitar que use los intereses comerciales en función de generar confrontación entre sí.
Según estimó, Beijing busca poner a chocar a esas naciones aprovechando las intenciones de ellas de tener mayor acceso a las oportunidades económicas del mercado doméstico.
Esos comentarios fueron vistos aquí como una provocación y al mismo tiempo un reflejo del temor de Canadá a perder apoyo de Estados Unidos.
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