De acuerdo con el gobierno francés, su labor al frente del órgano co-legislador, junto al Parlamento Europeo, será ejemplar en la aplicación de medidas sanitarias, en medio del azote al viejo continente de la variante Ómicron del coronavirus SARS-CoV-2, considerada mucho más contagiosa que la Delta.
Para reaccionar ante la evolución de la pandemia, fue creado un dispositivo de vigilancia y de decisiones, que formulará recomendaciones sobre el formato de los eventos señalados en suelo galo, ya sea físicos, mixtos o virtuales, durante las próximas cuatro semanas, abundó.
En el portal dedicado a la presidencia del Consejo de la UE, la cual se extenderá por seis meses, precisó que entidades de la Cancillería, los ministerios de Salud y del Interior y otras instituciones integran el mecanismo, que desarrollará encuentros cada dos semanas.
A partir de las primeras recomendaciones, el Gabinete del Primer Ministro decidió que hasta el 23 de enero, Francia solo acogerá foros de máxima importancia, mientras las reuniones ministeriales informales tendrán lugar en formato reducido, con la presencia de un ministro y tres personas por delegación.
Respecto a los eventos formales del Consejo previstos en Bruselas y Luxemburgo, se mantienen de momento presenciales.
Francia asumió el 1 de enero la presidencia del ente del bloque de 27 Estados miembros, gestión para la que el mandatario Emmanuel Macron fijó prioridades como la reforma del espacio Schengen, el fortalecimiento de la defensa comunitaria, la recuperación económica ante la pandemia, el combate al cambio climático y el impulso a las relaciones con África.
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