El vocero de la agrupación perteneciente a las Unidades de Movilización Popular (al Hashd al Shaabi), Kazem Al-Fartousi, apuntó que Washington debe ser serio en su compromiso de sacar sus militares de la nación mesopotámica.
En todo caso, agregó, la hostilidad contra las fuerzas estadounidenses es un resultado natural contra la insistencia de permanecer en el territorio.
Un acuerdo entre los gobiernos de Iraq y Estados Unidos, sellado en julio de 2021, estableció la retirada de las fuerzas norteamericanas de combate y la permanencia de unos dos mil 500 uniformados en función de asesores y entrenadores.
La Resistencia islámica iraquí califica de ocupante a ese remanente, al que se suman unos mil militares de una coalición internacional que en 2003 invadió al país.
De ahí que Al-Fartousi adelantó que las operaciones contra los estadounidenses y los otros extranjeros continuarán y serán más cualitativas.
Durante varios días consecutivos, los intereses militares norteamericanos en Iraq fueron blanco de acciones hostiles.
Dos drones golpearon un depósito de misiles en la base aérea de Ain al Asad, en la occidental provincia de Al-Anbar, y otros dos fueron neutralizados cuando atacaban el enclave Victoria, en los alrededores del aeropuerto internacional capitalino.
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