Los hechos hostiles acontecieron en la central provincia de Babil y en las sureñas de Basora y Muthanna, sin que hasta ahora se reportaran víctimas o daños.
Otra acción similar ocurrió en Samawah, 280 kilómetros al sureste de Bagdad, pero tampoco hay detalles de víctimas o daños.
Ningún grupo o individuo se atribuyó los sabotajes.
Este jueves, al menos cinco cohetes apuntaron contra una base militar estadounidense en Iraq, precisó un vocero de la coalición militar internacional liderada por el Pentágono.
El objetivo era el enclave de Ain al-Assad, en la occidental provincia de Al-Anbar.
Los proyectiles cayeron en las cercanías de la instalación sin que hasta ahora haya información de víctimas o daños materiales.
Mientras, el martes último, los soldados de la misma base neutralizaron dos drones cargados con explosivos que iban en dirección al enclave.
Tales ataques acontecen en medio de crecientes sentimientos antiestadounidenses en coincidencia con el segundo aniversario del asesinato en Bagdad por la aviación norteamericana del general iraní Qassem Soleimani.
En julio pasado, Bagdad y Washington acordaron poner fin a la presencia de fuerzas norteamericanas de combate en el país, aunque permanecerán unos dos mil 500 militares en función de asesores y entrenadores.
Pero las fuerzas de la Resistencia iraquí consideran ocupante a ese remanente de fuerzas y aspiran a sacarlas del país a como dé lugar.
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