En un comunicado, la entidad precisó que 13 de ellas son madres y advirtió que varias sufren serios problemas de salud.
Al respecto, cita el caso de Israa al Jaabis, de 36 años, quien fue detenida el 11 de octubre de 2015 y condenada a 11 años tras las rejas por un delito que no cometió.
La Comisión relató que los militares israelíes abrieron fuego contra el auto que manejaba la fémina al estimar que planeaba un atentado suicida, lo cual provocó el incendio del vehículo.
Al Jaabis sufrió quemaduras de primer, segundo y tercer grado que afectaron más del 60 por ciento de su cuerpo, incluida su cara, y obligó a cortarle varios dedos.
La prisionera necesita desesperadamente atención especializada, pero su sufrimiento se ve agravado por la continua negativa israelí a brindarle cuidados médicos, criticó la Comisión.
A finales del pasado año las mujeres recluidas en Damon iniciaron una protesta contra los abusos cometidos por sus carceleros.
En respuesta, estos últimos golpearon a numerosas prisioneras e impusieron varias medidas represivas como el corte de la electricidad y el lanzamiento de gases lacrimógenos en el interior de las celdas, según fuentes palestinas.
La diputada palestina Khaleda Jarrar denunció en noviembre último los maltratos a que son sometidas las féminas en las prisiones del vecino país.
Tras pasar dos años detenida, Jarrar afirmó que las autoridades del Servicio Penitenciario israelí “ubican a criminales junto a nosotras para causarnos molestias”.
La miembro del Buró Político del Frente Popular para la Liberación de Palestina detalló que también restringen deliberadamente los derechos de las reclusas al colocar cámaras de vigilancia para evitar su privacidad.
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