«Nada nos hará renunciar, agregó, a ese derecho, ni cerco ni sanciones, campañas mediáticas, calumnias, acusaciones u odio que escuchamos de aquí y allá», aseguró.
Los continuos ataques contra el Partido de Dios de los gobiernos de Estados Unidos y Arabia Saudita y sus herramientas en Líbano, añadió, no cambiarán las convicciones de nuestro movimiento ni la determinación a seguir en aquel camino.
Damoush calificó de manipulación la caída de valor de la moneda nacional que forma parte de una guerra financiera y económica destinada a agotar a los libaneses y presionarlos para que cambien sus decisiones políticas y electorales bajo la influencia del hambre, la ansiedad y el miedo por el futuro.
A juicio del clérigo musulmán chiita, aprovechar la crisis en que está el país para imponer intereses en la batalla de los próximos comicios parlamentarios, constituye un crimen urdido por Washington y Riad, entre otros, con la intención de variar la ecuación interna y favorecer sus intereses.
Por ese motivo, Hizbulah trabaja con todos aquellos que aspiran a un parlamento representante de la voluntad de los libaneses, acuñó.
«Una institución que preserve la identidad de la resistencia de Líbano contra los intereses estadounidenses e israelíes», concluyó.
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