Una de esas instituciones dejó a una embarazada en espera de ser atendida durante dos horas, solo porque carecía de una prueba PCR actualizada, y como consecuencia la mujer perdió a su bebé de ocho meses de gestación.
Otro nosocomio negó la admisión a un hombre que padece de angina de pecho por proceder de una localidad calificada con riesgo medio de contagios de Covid-19.
El gobierno de Xi´an criticó la negativa de los dos a implementar los principios de priorizar las vidas por encima de todo, deploró su poco sentido de la responsabilidad y asistencia a los enfermos justo en medio de un rebrote de Covid-19, considerado el peor después del de Wuhan.
Le dio de plazo tres meses a ambos centros para rectificar las fallas y mejorar los protocolos de atención, diagnóstico y tratamientos a individuos en emergencia, pues su conducta generó amplia preocupación y causó un mal impacto en la sociedad.
Solo les permitirá reabrir al público si pasan las inspecciones correspondientes.
Según se supo, en el caso de la embarazada las autoridades exigieron al hospital presentar una disculpa pública, comunicarse con la familia de la paciente, ofrecerle rehabilitación y compensarla por los daños y perjuicios ocasionados.
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