Según una nota de prensa emitida por su gabinete, en febrero someterá la decisión al Colegio de Dirigentes para que decida si considera o no el documento.
El proyecto prevé la formación de precios de los combustibles derivados del petróleo teniendo como referencia las cotizaciones promedio del mercado internacional, los costos internos de producción y los de importación, citó Agencia Brasil.
En opinión del senador Rogério Carvalho, autor del proyecto, la idea es “proteger los intereses de los consumidores, reducir la vulnerabilidad externa y las constantes variaciones de los precios internos”.
Actualmente la fórmula para calcular los precios de los combustibles se basa en la Paridad Internacional de Precios que, a juicio de Carvalho “tiene consecuencias para toda la economía, en detrimento de los más vulnerables”.
“En ese sentido, se refuerza la necesidad de debatir la política de precios de Petrobras, la forma en que incentiva las importaciones y las alternativas a ella”, dijo.
El miércoles pasado Petróleo Brasileiro S.A. (Petrobras) reajustó al alza los precios de la gasolina y el diesel a las distribuidoras.
La empresa de capital mixto controlada por el Estado subió el precio medio de venta de la gasolina a las distribuidoras de 3,24 a 3,34 reales por litro (de 0,55 a 0,58 dólares según la tasa de cambio vigente), un incremento del 4,85 por ciento.
En tanto, el litro de diesel escaló de 3,34 a 3,61 reales (de 0,60 a 0,65 dólares), un ascenso del 8,08 por ciento.
Petrobras destacó en un comunicado que tales ajustes son importantes para garantizar que el mercado continúe siendo abastecido de manera económica y sin riesgo de desabastecimiento por parte de los diferentes actores responsables de atender las diversas regiones.
Añadió que “reitera su compromiso con la práctica de precios competitivos y en equilibrio con el mercado, acompañando las variaciones al alza y a la baja, evitando el traslado inmediato a los precios internos, de las volatilidades externas y cambiarias”.
En esa jornada, el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística informó que en 2021 Brasil registró una inflación anual de 10,06 por ciento, la cifra más elevada desde 2015 cuando llegó a 10,67 puntos porcentuales, debido esencialmente a los precios de los combustibles.
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