El reencuentro en la primera fila del banquillo de acusados del expresidente Otto Pérez Molina (2012-2015) y de su entonces vicepresidenta Roxana Baldetti acaparó gran atención mediática, sobre todo de esta última, quien dio un pequeño show sobre su posible contagio con la Covid-19 y por ende, dijo, de todos con los que habló este lunes.
El 17 de abril de 2015, la entonces Comisión Internacional contra la Corrupción en Guatemala (Cicig) destapó el expediente de defraudación aduanera con más de 30 implicados, un suceso que puso en primer plano la corrupción existente en el país con rostros hasta entonces intocables.
Con el pasar de los días y nuevas evidencias, aquel suceso provocó la renuncia del general retirado y su pareja al mando, en medio de una marea de manifestaciones ciudadanas como presión popular y expresión de hastío.
Molina y Baldetti, ambos con cabestrillo en uno de sus brazos y vestidos de negro, volvieron a verse las caras hoy al igual que varios exfuncionarios del defenestrado gobierno del Partido Patriota.
Previo al inicio del debate oral y público, el expresidente insistió ante los medios en que su implicación fue «un show político montado por Iván Velásquez y Thelma Aldana» (exjefe de la Cicig y exfiscal general, respectivamente) y descartó la existencia de pruebas en su contra.
Después de casi siete años, que ha sido prácticamente una condena anticipada, nosotros esperamos que se pueda demostrar verdaderamente la inocencia, a eso es a lo que venimos, expresó.
Ya en la audiencia, permaneció sereno y callado, con la vista al frente la mayor parte del tiempo y haciendo algunas anotaciones en una libreta.
Baldetti, en tanto, no desaprovechó oportunidades para llamar la atención y hacer uso de la palabra al menos en tres ocasiones, primero, para indicar que posiblemente tenía Covid-19 y habría contagiado a todos, después pidió el traslado a una sala de mayor capacidad, y más tarde en rechazo a la opción de armar el juicio con dos grupos de sindicados, en total 30.
Ambos están acusados de asociación ilícita, casos especiales de defraudación aduanera y enriquecimiento ilícito, de acuerdo con las pruebas presentadas por la Feci, que inició con los alegatos de apertura en medio de una gran expectativa por la decisión final de la jueza Janeth Valdez.
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