El libro basado en la investigación desarrollada por casi seis años por el exagente del Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos Vince Pankoke señala al notario Arnold van den Bergh como el presunto responsable de revelar el escondite de la autora del célebre diario y su familia. Esta traición condujo a los nazis a un edificio en el centro de Ámsterdam donde residieron los Frank entre 1942 y 1944, hasta que fueron deportados a Auschwitz y luego Ana fue trasladada al campo de concentración de Bergen Belsen, en Alemania, donde murió en febrero de 1945, con 15 años.
Su padre, Otto Frank, conocía, por una nota anónima, la identidad de quien traicionó a su familia, pero ocultó el dato por temor, detalla el documento, que recuerda también las investigaciones desarrolladas por la Policía neerlandesa en 1948 y 1963.
Localizado en el expediente del segundo sondeo a cargo del detective Arend van Helden, el mensaje anónimo estuvo bajo análisis por una veintena de expertos forenses en 2017, que pusieron en práctica técnicas policiales modernas e inteligencia artificial.
Aunque escasean las evidencias para implicar a Van den Bergh, el agente del FBI ratificó que esta «teoría tiene una probabilidad de al menos el 85 por ciento”, pues el notario tenía acceso a la lista de escondites elaborada por el Consejo Judío.
El libro recrea también el uso de inteligencia artificial para analizar las conexiones entre las redadas en otros escondites, lo cual echó por tierra la teoría de la casualidad y trazó un mapa de los residentes del Anexo Secreto descrito por Ana Frank en su diario.
Por su parte, el director de la Casa de Ana Frank, Ronald Leopold, destacó la calidad del estudio, en tanto señaló la necesidad de profundizar más en las investigaciones antes de colocar a alguien en la historia como el traidor de Ana Frank.
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