Se trata del mayor aumento anual, más de 1.500 terawatt por hora (TWh) y del mayor crecimiento porcentual desde 2010.
De acuerdo con la AIE, alrededor de la mitad de ese incremento global tuvo lugar en China, donde la demanda aumentó aproximadamente un 10 por ciento, en tanto la mundial se vio impulsada por una rápida recuperación económica, combinado con condiciones climáticas más extremas.
Por sectores, el industrial fue el que más contribuyó al crecimiento, seguido de los servicios y el residencial.
Ese organismo también confirmó que el pasado año el carbón cubrió más de la mitad de la demanda mundial de electricidad, lo que confirma el peso de ese mineral en la generación de energía en los últimos dos años, con un pico histórico del nueve por ciento gracias a una excepcional demanda y costos competitivos frente al gas.
Por su parte, las renovables se alzaron con fuerza un seis por ciento, a pesar de que el aumento se vio limitado por condiciones meteorológicas desfavorables, en particular la energía hidroeléctrica.
El reporte de la AIE señaló que la generación con gas subió un dos por ciento, mientras que la nuclear aumentó un 3,5 por ciento, casi el mismo nivel de 2019. En total, las emisiones de CO2 de la electricidad crecieron cerca de un siete por ciento, también con máximos históricos.
La mayor demanda de combustibles fósiles y las limitaciones de suministro que se dieron en muchas partes del mundo provocaron escasez y altos precios de la energía.
Por ejemplo, la AIE resaltó que por los valores particularmente altos del gas en Europa los importes mayoristas medios de la electricidad en el cuarto trimestre de 2021 sobrepasaron en más de cuatro veces su promedio entre 2015 y 2020.
jha/crc