En un comunicado, las autoridades informaron que dos locales y un ciudadano británico fallecieron como consecuencia del «desastre sin precedentes».
La nota añade que algunas de las islas periféricas más pequeñas se vieron particularmente afectadas, con todas las casas destruidas en una de ellas.
Por otra parte, los esfuerzos de ayuda se han visto obstaculizados por la caída de cenizas del volcán submarino.
En este sentido, los voluntarios barren la pista del Aeropuerto Internacional de Fua’amotu para permitir que los aviones con agua potable y suministros necesarios puedan aterrizar.
Las comunicaciones con la cadena de islas permanecen interrumpidas después de que la erupción cortara el único cable submarino que une a Tonga con el resto del mundo.
En su actualización, el gobierno dijo que Internet no funcionaba, pero que algunos servicios telefónicos locales estaban disponibles y se trabaja para restablecer las comunicaciones por completo.
Tras conocerse el trágico suceso, varios países de la región prometieron ayuda.
La Cruz Roja de Singapur destinó 50 mil dólares para artículos de socorro como alimentos, agua y refugio.
También lanzará un llamamiento público de recaudación de fondos para ayudar en las operaciones de recuperación y socorro en casos de desastre.
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