El llamamiento demanda una donación de 87,5 millones de dólares, con los cuales aspira a aliviar las difíciles condiciones de vida de los refugiados.
Ese dinero proporcionará, dice el texto, asistencia para los más pobres, cubrir gastos médicos y transporte a las escuelas.
Unrwa confirmó que poco más de 210 mil palestinos de los casi 400 mil radicados en este país se encuentran entre los más vulnerables por la imposibilidad de adquirir productos básicos como alimentos o medicinas.
La mayoría de los refugiados y sus descendientes residen en una docena de campamentos carentes de servicios clave como alcantarillado, saneamiento y en hacinamiento.
Esas instalaciones albergan a quienes huyeron o expulsaron de sus tierras en 1948 por la ocupación israelí, mientras otros 27 mil llegaron desde Siria en la última década para escapar del conflicto armado en la vecina nación.
Los palestinos en Líbano tienen prohibido ocupar puestos profesionales, reciben pocas protecciones legales y no pueden poseer propiedades.
Para ellos la situación se agravó con la peor crisis económica y financiera libanesa en décadas que estalló en octubre de 2019, originada por corrupción y mala gobernanza de la clase en el poder.
Decenas de miles perdieron sus empleos, casi 80 por ciento de los seis millones de habitantes, incluidos unos 1,5 millones de refugiados sirios y palestinos, vive por debajo del umbral de la pobreza, situado en 3,64 dólares diarios, según el Banco Mundial.
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