Tras un incremento del tres por ciento del PIB en 2021, la entidad había previsto un aumento para el año que empieza del 3,8, el cual ajustó a 3,4 por ciento, debido a una recuperación económica “más lenta de lo esperado” en el contexto de la Covid-19.
Entre las causas enumeradas por el NBU estuvo la subida en los precios de la energía, el impacto de las cosechas débiles de 2020, la recuperación más lenta en el sector de servicios y la capacidad de producción limitada de algunos sectores manufactureros.
La banca ucraniana identificó además posibles factores de freno para las decisiones de inversión en la tensa situación geopolítica y las consecuencias de la pandemia.
Por otro lado, los precios de la energía se mantendrán relativamente altos y la escasez de ciertas materias primas, especialmente en la primera mitad del año limitará el potencial de crecimiento.
No obstante, la demanda de los consumidores y unos términos de intercambio bastante favorables permitirán el crecimiento de 3,4 previsto.
Según el NBU, el crecimiento del PIB se acelerará hasta un cuatro por ciento anual entre 2023 y 2024, si se estabilizan las condiciones geopolíticas, disminuye el impacto de la Covid-19, se produce un mayor crecimiento de la economía mundial y persisten términos de intercambio comercial benignos.
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