Según la revista Aging Cell, el deporte puede mantenerte más joven, no solo para parecerlo, sino para serlo de verdad a nivel epigenético, concepto que establece la relación entre las influencias genéticas y ambientales que determinan un fenotipo.
Explica la fuente que fueron escogidos ratones de laboratorio que se acercaban al final de su vida natural, a los 22 meses, y los pusieron a hacer ejercicios en una rueda con peso.
Tras dos meses de carrera progresiva con rueda lastrada, se determinó que los roedores eran ocho semanas más jóvenes que sus semejantes sedentarios que quedaron fuera del entrenamiento.
“Por lo general, los ratones no necesitan ninguna coacción para correr y lo hacen voluntariamente. Los más viejos corren entre seis y ocho kilómetros al día, sobre todo a rachas, mientras que los más jóvenes pueden hasta 10 y 12”, recuerda la fuente.
La ciencia que hay detrás de esto, aunque complicada, depende en gran medida de un proceso biológico conocido como metilación del ADN.
Explica el texto que la metilación es un proceso en el que grupos de átomos, llamados grupos metilo, se adhieren al exterior de los genes como minúsculos percebes, haciendo que los genes sean más o menos propensos a activarse y producir determinadas proteínas.
A medida que el cuerpo envejece, tiende a aumentar la metilación del ADN, o incluso la hipermetilación, en los sitios promotores de los genes del músculo.
«Los cambios en la metilación del ADN a lo largo de la vida tienden a producirse de forma algo sistemática, hasta el punto de que se puede observar el ADN de alguien a partir de una determinada muestra de tejido y predecir con bastante exactitud su edad cronológica», detalla la fuente.
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